La unidad del hombre y la mujer, en palabras de San Juan Pablo II

Desde tiempos muy lejanos la humanidad ha intentado encontrar respuestas sobre el origen de la vida, de modo que encontramos las teorías de la evolución, historias mitológicas, diferentes dudas e hipótesis filosóficas, ¿y por qué no mencionar las narraciones que combinan elementos enigmáticos y proponen la intervención de tecnología extraterrestre? Sin embargo, los cristianos conocemos la verdadera respuesta, adicionalmente, Juan Pablo II dejó importantes enseñanzas teológicas acerca del principio.

Creemos que Dios creó el cielo y la tierra, pero el Espíritu Santo nos va llevando a verdades más complejas y de verdadera utilidad en la vida cristiana; San Juan Pablo II inició en 1979 una serie de Audiencias Generales dedicadas a comprender los fundamentos del matrimonio, la soledad originaria del hombre, y la creación del hombre como una unidad; sus estudios nos guían a reflexionar sobre el modo en que Dios ha plasmado al hombre en el misterio de la creación, como “varón y hembra”.

En palabras de San Juan Pablo II: El Génesis 1, 27 constata que esta verdad esencial acerca del hombre se refiere tanto al varón como a la hembra: “Dios creó al hombre a su imagen…, varón y hembra los creó”. Audiencia General titulada Las primeras páginas del libro del Génesis, con fecha del 12 de septiembre de 1979.

Al pie de página nos enseña que El texto original dice: “Dios creó al hombre (ha-adam – sustantivo colectivo: ¿la “humanidad”?) / a su imagen; / a imagen de Dios los creó; / macho (zakar – masculino) y hembra (unequebah – femenino) los creó” (Gén 1, 27).

Juan Pablo II pone en claro que el valor del hombre y de la mujer no es diferente, puesto que ambos corresponden a una misma creación Divina, por ello en el libro de Génesis se puntualizan tres palabras: hombre, varón y hembra. En diferentes idiomas terminó por usarse los sustantivos hombre y varón como sinónimos, y esa costumbre lingüistica ha sido útil para la retórica feminista, que busca excusas para crear disputas hombre-mujer.

“Siguiendo la narración del libro del Génesis, hemos constatado que la creación “definitiva” del hombre consiste en la creación de la unidad de dos seres.” Juan Pablo II en la Audiencia General titulada La unidad originaria del hombre, del 14 de noviembre de 1979.

Esta unidad hombre-mujer (y los dos serán una sola carne), expresada en lo corporal tiene tres dimensiones: una ética, una sacramental y una teológica, como lo comprueba San Pablo: “Nadie aborrece jamás su propia carne, sino que la alimenta y la abriga como Cristo a la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán dos en una carne. Gran misterio es éste, pero entendido de Cristo y de la Iglesia” (Ef 5, 29-32).

La mujer es formada “con la costilla” que Dios-Yahvé tomó del hombre. Teniendo en cuenta el modo arcaico, metafórico e imaginativo de expresar el pensamiento, podemos establecer que se trata de homogeneidad de todo el ser de ambos; esta homogeneidad se refiere sobre todo al cuerpo, a la estructura somática, y se confirma también con las primeras palabras del hombre a la mujer creada: “Esto sí que es ya hueso de mis huesos y carne de mi carne” (Gén 2, 23) […] Así, pues, la mujer, en cierto sentido, es creada a base de la misma humanidad. Juan Pablo II, Audiencia titulada El relato bíblico de la creación de la mujer, del 7 de noviembre de 1979.

Simultáneamente, mientras que el mundo se pregunta acerca del origen de la vida, ignorando por supuesto la verdad de la creación, en otros escenarios el mundo se plantea la necesidad de romper los lazos naturales de la mujer y el hombre. El mundo ha iniciado una guerra contra la verdad. Sin embargo, en tiempos de doctrinas falsas la iglesia cuenta con la catequesis de Teología del cuerpo, basada en estos mismos textos de San Juan Pablo II.

Estudiar las enseñanzas de San Juan Pablo II toma un tiempo significativo, es recomendable que todo cristiano pueda investigar al respecto, independiente de su vocación.

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